miércoles, 19 de agosto de 2009

viaje dos


Cruce el marco de luz, tu, suspendida de tus ocho extremidades me esperabas, llevaba en el bolsillo el cuarzo que me ata a este mundo, giraste la cabeza de dama estoica abriste los ojos negros de traganoche.
Me cubriste con tu saliva de seda y dejaste que me arrastrara hasta el hueco de tu morada, con alas insectoides con el desmayo entre las patas con las lagrimas bajo los vidrios, no dijiste tu nombre, solo lo que necesitabas decir o lo que se te escapo entre los linos bucales, ahora se por que estas aquí, por que estas conmigo por que necesito del cambio; escuche la campana recupere la respiración y azoté con la grava del suelo.

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