Viaje uno

Cruce el arco de luz, me pare en el inmenso claro para reencontrarte, te busque con una mirada general, pero tu esencia se perdía entre los granos de arena e ídolos devastados por el viento.
Después de un rato de girar sobre mi eje, pude verte, con una cuarta parte de mi globo ocular izquierdo, fuerte y viejo, de plumas negras que brillan en azules cobrizos, te escuche croar y los monumentos en la tierra se cuartearon.

Fue entonces cuando nueve pájaros negros hirieron al viento, cada uno con su par de alas cegaron al cielo, una formación de figuras cilíndricas rocosas, como rebanadas de tiempo fueron colocándose en circulo me rodearon en campo de fuerza, domo de protección y enseñanza, sus cantos y borde revelaban marcas, números, como si dios jugara a las canicas y escribiera cuantos años tiene atrapado entre esta tierra, como si cada estría dijera un trillón de años.

De entre la nada salio el trozo de una serpiente gigante de escamas tornasol, que no tenia punto de partida ni tren de aterrizaje, tampoco muelle donde atracar,
se formo paralela a los almanaques de piedra, se abrió el piso y el pico de un gran cuervo me trago con todo y mis dudas y pasadas vidas.
en sus entrañas me reencontré, me gestaba otra vez, por ese momento olvide mi mente, mi yo, solo era la esencia primigenia que alguna vez fue creada del lodo de mis padres, jugaba entre los líquidos, huevo primigenio, me preparaba para volver a salir de otra forma, tal vez solo otro pensamiento la misma esencia, pero una conciencia del yo mas limpia sin estragos del tiempo o de circunstancias externas, solo allí es donde fui yo donde pude conocer el cuarto hemisferio del cerebro, donde pateo la tierra y no levante polvo donde tengo el todo sin ninguna posesión sin dualidades ni filosofías solo el trazo luminoso que me creo a incontables noches luz de aquí.